El final del puente lleva al ático

OPINIÓN GP | RAÚL ZAMBRANO @RauLiLloZQ | DESDE PREFERENCIA

Un puente siempre se encara con optimismo e ilusión, días festivos (para el que los tenga) en los que se viaja, o se hacen esas cosas que durante el día a día y por los avatares de la rutina no se suelen hacer. Lo malo de los puentes es el último día, ese domingo por la tarde en el que notas el cansancio y se ve, que, tras el cambio de hora, en la sobremesa ya es de noche prácticamente.

Pero este fin de puente traía como gran aliciente el partido del Granada, se visitaba Zaragoza, en el banquillo uno de los granadinistas más confesos, Lucas Alcaraz, y un equipo, el blanquillo, con el agua al cuello en puestos de descenso tras la disputa de toda la jornada. Tanto Granada como Zaragoza jugaban siendo conocedores de los resultados de la jornada, los locales sabedores de ocupar puesto de descenso y los rojiblancos siendo conscientes que una victoria podría dejarles, curiosamente un año después del último liderato, primeros en la tabla.

Diego Martínez volvió a poner en el campo al once más reconocible. Víctor Díaz volvía al lateral derecho, dejaba fuera del equipo titular a Puertas, para poner a Pozo y la doble V escoltando a Rodri que hacía de delantero. La primera parte simplemente fue un espectáculo. El Granada utilizó su particular “Bohemian Raphsody” compaginando la actuación coral del equipo, con la intervención “rockera” de Vadillo (menudo golazo logró de falta) y de Vico (logró abrir la lata) y un momento de “balada” en el que el equipo sabía cómo jugar con la pelota, cualquier desajuste en la sinfonía, San Emeterio se ocupaba de remediar para que Montoro tomara la batuta de la operación.

Una primera parte del Granada que quizás en años no se haya visto, jugando con una personalidad y una convicción que nunca antes se le ha podido ver, maniató al Zaragoza, quien presa de su ansiedad veía que se quedaba con 10 al borde del descanso y recibía los pitos de la Romareda. Una imagen que generaba un gran contraste al finalizar el partido. Los jugadores zaragocistas se quedaban en el campo cariacontecidos a esperar los pitos de su afición, en el otro lado los jugadores del Granada abrazándose y mostrando el porqué de esa primera posición, la unión y la solidaridad que todos y cada uno tiene.

Las ramas no nos deben de impedir ver el bosque, pies en el suelo, templanza y tranquilidad son 26, por tanto 24 para llegar a esos 50 cuanto antes, y no pensar más que en sumar 3 puntos. La experiencia del año pasado nos hace recordar, que tal y como pasara un año atrás se cogió el liderato y en el siguiente partido en casa era domingo a las 12 de la mañana. En ese escenario, se perdió ya no sólo el liderato sino muchas más cosas, la suerte es que tenemos a Pozo, y a Vadillo y a Vico y a San Emeterio … El punto negativo es perder a Montoro, por ciclo de amonestaciones, para el próximo partido ante el Numancia. Acertar en ese puesto será capital para el partido, pero si algo ha demostrado Diego Martínez, en todo lo que se lleva de temporada, es conocer perfectamente al equipo y seguramente acertará en el elegido para esa posición.

Disfrutemos de los momentos felices, son pocos y a veces no los apreciamos en demasía, quizás por ese sentimiento de “malafollá” típica de todo aficionado…

Keep Calm And Eterna Lucha