GABINETE
Con buen ambiente en la grada, se presentaba el partido a priori asequible para el equipo local habida cuenta la distancia en la clasificación. Sin embargo, es ley del deporte, no hay rival pequeño ni equipo que no sea capaz de complicarte la vida.
En la primera mitad se plantean los roles de cada equipo, los nuestros dominando el juego y al ataque y Motril a lo suyo, defensa y tirar el balón así los nuestros estuvieron bien en la primera donde tuvimos el 3-0 en un palo y en la siguiente jugada fue un saque de banda de Motril quien puso el 2-1 con el que acaba el primer tiempo.
En la segunda no hubo esa garra, esa solidaridad de la que solemos hacer gala, costaba mucho replegar y poco se maduraban las jugadas, aderezado todo con cierta precipitación. Pasó lo que tenía que pasar, dos goles en contra para un sorprendente 2-3 que llenaba de dudas a los de Alhendín. Quedaba el recurso de jugar de cinco que tan buenos frutos suele darnos y conseguimos igualar. 3-3 a poco del final.
La apuesta fue a todo o nada, pues el empate no parecía valernos; a menos de dos para el final una jugada a balón parado de Motril en la que nadie salía al pegador, se llegó tarde y con una volea «fácil» que no bloquea bien Carmelo nos hacen el 3-4. En el minuto final, jugando de 5, varios tiros, pero no pudimos marcar. Tristeza en el vestuario. No es el fin del mundo, la liga sigue, quedan muchos puntos aún y muchos duelos que librar.